Fue Don Santiago Antúnez de Mayolo Rynning, el erudito más importante sobre la nutrición en el antiguo Perú, que, durante un viaje de estudio sobre “el potencial de nuestra amazonía”, conoció esta interesante planta cuyas semillas eran consumidas por los habitantes de esa zona de nuestra amazonía (aguarunas).
Posteriormente en el XII Congreso peruano de Química (Octubre/1980) brindó una conferencia magistral sobre las propiedades químicas y nutricionales de las semillas y aceite obtenido de éstas.
El investigador sostiene que durante el gobierno del Inca Huayna Capac (1465 – 1525) el Imperio del Tahuantinsuyo alcanzó su máximo esplendor y que sus pobladores eran sanos, vigorosos y longevos ya que sus expectativas de vida eran de 70 años cuando por entonces en Europa era de 44 años.
Probablemente esto era posible por la calidad de su régimen alimenticio que entre otros alimentos estaba constituido por pescado, carne de cuy (cobaya), sacha inchi, etc. todos con importante contenido de ácidos grasos esenciales (Aceites Omega 3,6 y 9).
Estos ácidos grasos esenciales, absolutamente necesarios para nuestro organismo debemos tomarlos en nuestra dieta ya que nuestro organismo no es capaz de sintetizarlos.
Desafortunadamente en nuestros hábitos alimenticios tomamos muy pocos alimentos que contengan estos ácidos grasos insaturados, predominando el consumo de ácidos grasos saturados (carnes rojas, frituras, etc.) que son dañinos para nuestro organismo.
Mencionaremos algunas propiedades de estos ácidos grasos esenciales:
Participan y regulan procesos metabólicos así como algunas funciones de nuestro organismo como, el correcto funcionamiento del Aparato cardio circulatorio, Sistema nervioso central y Sistema inmunitario, entre otros.
Constituyen materia prima que el organismo necesita para producir ciertas hormonas, grasas cerebrales y prostaglandinas.
Nos protegen de las grasas saturadas, disminuyendo su concentración en la sangre, con lo que el riesgo de padecer infarto de miocardio o Accidente vascular cerebral se atenúa considerablemente.
Está demostrada la estrecha relación que existe entre el exceso en el consumo de ciertos tipos de grasas (Saturadas) y las enfermedades cardiovasculares, especialmente la E. Coronaria y/o aquellas que son consecuencia del desarrollo de un proceso ateroesclerótico, o enfermedades degenerativas como la E. de Alzheimer.
Últimamente se viene comprobando, el importante beneficio que, con el consumo de alimentos que contienen este tipo de ácidos grasos (Omega 3 6 y 9), se consigue, en ciertas enfermedades crónicos como las mencionadas líneas arriba.
La importancia del Sacha inchi sobre los otros alimentos que contienen este tipo de ácidos grasos insaturados, pescado, linaza, soya y otros, radica en que contiene la más alta concentración de Omega 3, 6 y 9 conocida, además de que la proporción de c/u de ellas es la adecuada.
Como experiencia clínica podemos reportar una importante eficacia en el tratamiento de dislipidemias, disminuyendo notablemente los niveles de triglicéridos y colesterol en sangre, así como incremento de los niveles de HDL (“colesterol bueno”), con normalización de los valores de LDL, en un lapso de tiempo de 15 a 30 días, tomando 10 cc. diarios.
En pacientes con E. de Alzheimer, tratados con este aceite, observamos moderada remisión de sus síntomas, y fundamentalmente estabilización del proceso de la enfermedad, deteniendo, en algunos casos o retardando la evolución progresiva de la misma.
Durante este tratamiento es posible que podamos reducir la cantidad de medicación requerida en este tipo de patología con lo que la presencia de efectos colaterales queda disminuida, contribuyendo todo esto a mejorar la calidad de vida de estos pacientes,
También hay referencias y hemos observado mejoría en el tratamiento de niños con problemas de concentración, aprendizaje e hiperactividad entre las 3 – 6 semanas de iniciado el tratamiento.
Este beneficio quizás se explique por que la ingesta adecuada de estos ácidos grasos esenciales, entre otras funciones, mejora la neurotransmisión inter neuronal y fortalece la membrana neuronal estabilizando la función de nuestro S. Nervioso central y periférico.
Por la importancia de los beneficios que aporta y prácticamente no presentar efectos colaterales (lo que permite un amplio margen en su uso como alimento y medicamento), el consumo de estos ácidos grasos insaturados en sus distintas formas, es recomendado por la American Heart Associaton (AHA Asociación Americana del Corazón) y por los Comités Internacionales de Nutrición y Alimentación convocados por FAO/OMS.
Como podemos deducir por lo anteriormente expuesto, es absolutamente necesario mantener cubiertos los requerimientos de este tipo de aceites para mantener el equilibrio funcional de nuestro organismo así como para disminuir considerablemente la posibilidad de padecer enfermedades derivadas de su déficit (prevención), siendo el Sacha Inchi una valiosísima alternativa para estos fines.
Posteriormente en el XII Congreso peruano de Química (Octubre/1980) brindó una conferencia magistral sobre las propiedades químicas y nutricionales de las semillas y aceite obtenido de éstas.
El investigador sostiene que durante el gobierno del Inca Huayna Capac (1465 – 1525) el Imperio del Tahuantinsuyo alcanzó su máximo esplendor y que sus pobladores eran sanos, vigorosos y longevos ya que sus expectativas de vida eran de 70 años cuando por entonces en Europa era de 44 años.
Probablemente esto era posible por la calidad de su régimen alimenticio que entre otros alimentos estaba constituido por pescado, carne de cuy (cobaya), sacha inchi, etc. todos con importante contenido de ácidos grasos esenciales (Aceites Omega 3,6 y 9).
Estos ácidos grasos esenciales, absolutamente necesarios para nuestro organismo debemos tomarlos en nuestra dieta ya que nuestro organismo no es capaz de sintetizarlos.
Desafortunadamente en nuestros hábitos alimenticios tomamos muy pocos alimentos que contengan estos ácidos grasos insaturados, predominando el consumo de ácidos grasos saturados (carnes rojas, frituras, etc.) que son dañinos para nuestro organismo.
Mencionaremos algunas propiedades de estos ácidos grasos esenciales:
Participan y regulan procesos metabólicos así como algunas funciones de nuestro organismo como, el correcto funcionamiento del Aparato cardio circulatorio, Sistema nervioso central y Sistema inmunitario, entre otros.
Constituyen materia prima que el organismo necesita para producir ciertas hormonas, grasas cerebrales y prostaglandinas.
Nos protegen de las grasas saturadas, disminuyendo su concentración en la sangre, con lo que el riesgo de padecer infarto de miocardio o Accidente vascular cerebral se atenúa considerablemente.
Está demostrada la estrecha relación que existe entre el exceso en el consumo de ciertos tipos de grasas (Saturadas) y las enfermedades cardiovasculares, especialmente la E. Coronaria y/o aquellas que son consecuencia del desarrollo de un proceso ateroesclerótico, o enfermedades degenerativas como la E. de Alzheimer.
Últimamente se viene comprobando, el importante beneficio que, con el consumo de alimentos que contienen este tipo de ácidos grasos (Omega 3 6 y 9), se consigue, en ciertas enfermedades crónicos como las mencionadas líneas arriba.
La importancia del Sacha inchi sobre los otros alimentos que contienen este tipo de ácidos grasos insaturados, pescado, linaza, soya y otros, radica en que contiene la más alta concentración de Omega 3, 6 y 9 conocida, además de que la proporción de c/u de ellas es la adecuada.
Como experiencia clínica podemos reportar una importante eficacia en el tratamiento de dislipidemias, disminuyendo notablemente los niveles de triglicéridos y colesterol en sangre, así como incremento de los niveles de HDL (“colesterol bueno”), con normalización de los valores de LDL, en un lapso de tiempo de 15 a 30 días, tomando 10 cc. diarios.
En pacientes con E. de Alzheimer, tratados con este aceite, observamos moderada remisión de sus síntomas, y fundamentalmente estabilización del proceso de la enfermedad, deteniendo, en algunos casos o retardando la evolución progresiva de la misma.
Durante este tratamiento es posible que podamos reducir la cantidad de medicación requerida en este tipo de patología con lo que la presencia de efectos colaterales queda disminuida, contribuyendo todo esto a mejorar la calidad de vida de estos pacientes,
También hay referencias y hemos observado mejoría en el tratamiento de niños con problemas de concentración, aprendizaje e hiperactividad entre las 3 – 6 semanas de iniciado el tratamiento.
Este beneficio quizás se explique por que la ingesta adecuada de estos ácidos grasos esenciales, entre otras funciones, mejora la neurotransmisión inter neuronal y fortalece la membrana neuronal estabilizando la función de nuestro S. Nervioso central y periférico.
Por la importancia de los beneficios que aporta y prácticamente no presentar efectos colaterales (lo que permite un amplio margen en su uso como alimento y medicamento), el consumo de estos ácidos grasos insaturados en sus distintas formas, es recomendado por la American Heart Associaton (AHA Asociación Americana del Corazón) y por los Comités Internacionales de Nutrición y Alimentación convocados por FAO/OMS.
Como podemos deducir por lo anteriormente expuesto, es absolutamente necesario mantener cubiertos los requerimientos de este tipo de aceites para mantener el equilibrio funcional de nuestro organismo así como para disminuir considerablemente la posibilidad de padecer enfermedades derivadas de su déficit (prevención), siendo el Sacha Inchi una valiosísima alternativa para estos fines.
Dr Hugo Malaspina
CMP 16985C
CMP 16985C
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